REFLEXION
Mateo Valderruten
Mateo Valderruten
En nuestro viaje al eje cafetero, pudimos observar
y admirar una cultura muy diferente a la que estamos acostumbrados a vivir en
el valle del cauca; aquí, pudimos ver personas diferentes, paisajes diferentes
y pudimos vivir un ambiente muy diferente al calor de siempre del valle del
cauca.
Durante nuestro primer día, pudimos observar la
belleza de la palma de cera, que, fue considerada como símbolo
nacional gracias a la expedición botánica llevada a cabo por el científico von
Humboldt, que describió esta palma como algo único, ya que se da a grandes
alturas, a pesar de que las palmas crecen mas que todo en el trópico, y que
solo se da en las montañas de la cordillera central que pasa por el municipio
colombiano de salento.
Después, nos dirigimos al gran municipio de salento
en el que descubrimos una gran y turbulenta historia sobre el origen del
municipio y su peculiar nombre; una historia en la que nos pudimos adentrar en
la situación social de la época, la muy popular mitología y el pensamiento en
masas de los ciudadanos de la época.
Durante nuestro segundo día, realizamos un
recorrido por el camino del café donde pudimos admirar las diferentes clases de
café, desde el bebible y antiguo hasta el ornamental y moderno; donde además
pudimos conocer sobre toda la historia del café y su proceso.
Por último, en nuestro tercer día de viaje, visitamos el jardín botánico de calarcá donde pudimos ver varias especies de aves y otros animales, como también varias plantas y un gran mapa sobre la región del Quindío y el nevado del Tolima; luego, fuimos al museo del oro con obras representativas de la tribu Quimbaya, donde pudimos ver unas obras maravillosas esculpidas en oro con diferentes técnicas que nos brindaron un agradable aspecto sobre esta tribu; todo expuesto en una gran instalación con un admirable diseño arquitectónico
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